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El efecto mariposa |
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¿Será verdad que el simple aleteo
de una mariposa influye en todo el cosmos? Hemos oído hablar
del efecto invernadero y sabemos en qué
consiste. Lo que quizá desconocemos son sus consecuencias sobre
el clima.
De momento, las mariposas se están yendo del Pirineo en busca
de lugares más fríos.
La Tierra tardó miles de años en salir de la era glacial.
Durante 160.000 años, el planeta pasó por distintas
fases y el clima favoreció a unas especies y perjudicó
a otras. La debida proporción de anhídrido carbónico
en la atmósfera fue lo que hizo posible el desarrollo de numerosas
formas de vida, incluida la especie humana.
El clima responde a un equilibrio entre el
intercambio de energías y la atmósfera. El problema
en la actualidad es que la concentración de los principales
gases que constituyen el llamado efecto invernadero (dióxido
de carbono, metano, vapor de agua, óxido nitroso y monóxido
de nitrógeno) ha aumentado, alterando el equilibrio establecido. |
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Prevision del Tiempo
a largo plazo |
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La consecuencia de este desequilibrio
es el cambio climático.
El planeta se está recalentando. Para finales del siglo XXI
se calcula que la temperatura pueda subir hasta 5 °C. Es cierto
que en periodos anteriores también hubo alteraciones de los
componentes de la atmósfera,
pero se debían a causas naturales y, sobre todo, se producían
lenta y gradualmente. Ahora, la Tierra está cambiando y además,
rápidamente.
El último de los informes emitido por el IPCC (Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático), organismo
perteneciente a Naciones Unidas que aglutina a 3.000 científicos
de todos los países, no deja lugar a dudas: "Este calentamiento
no tiene precedentes en los últimos 10.000 años; la
mayor parte se viene observando a lo largo de la última mitad
del siglo XX y es atribuido al aumento de la concentración
de los gases de invernadero, fundamentalmente del CO2, proveniente
de la utilización del petróleo, del gas y del carbón".
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Las consecuencias no son halagüeñas
para hacer una prevision del tiempo. A corto
plazo: inundaciones, lluvias torrenciales, deshielo de las zonas polares,
escasez de agua potable, sequía, desertización, hambrunas,
pérdidas económicas, proliferación de enfermedades
infecciosas, desaparición de numerosas especies..., más
de un millón para dentro de 50 años. A largo plazo,
el deshielo de la Antártida y de Groenlandia puede elevar unos
tres metros el nivel del mar, lo que supondría la desaparición
de numerosas zonas costeras.
¿Qué podemos hacer? Los expertos han hecho un llamamiento
urgente a políticos y gobiernos de todo el mundo. La temperatura
de la Tierra ha subido 0,8 °C a causa de la industrialización.
Si no se detiene este avance, lo peor estaría por llegar. Cabe
imaginar un mundo sin agua si continúan deshelándose
los glaciares. Los científicos ya lo avisan: dentro de unos
50 años, el 40 por ciento de los habitantes de China y del
sur de Asia tendrán escasez de agua potable.
Dicen también que un 67 por ciento de los hielos de los glaciares
está retrocediendo y a medida que disminuye, el caudal de los
ríos también desciende. Sólo en África
la sequía ya ha afectado a 23 millones de personas.
Acostumbrados a pensar que las catástrofes les suceden a otros,
nos parece impensable que del grifo no mane agua cristalina, pero
el calentamiento global no conoce fronteras.
No es un dulce panorama el que nos espera... salvo que decidamos cambiar
nuestro cerebro. Y, sobre todo, nuestro modelo energético. |
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