Las subvenciones del cine español

No deja de ser curioso que los titiriteros españoles no cesen de clasificar al cine y al teatro como cultura cuando sólo es entretenimiento y en el mejor de los casos puede llegar a ser arte.
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14/3/2025 ― En esta sección hablo de cine, no de lo que algunos quieren que sea el cine, sino de lo que realmente es: la industria de la paguita de vividores.
Desde que el poeta, escritor y crítico cinematográfico Riccioto Canudo calificó en 1911 al cine como séptimo arte, nadie hasta la fecha le ha contradicho.
Bueno, nadie a excepción de un puñado de titiriteros españoles que se empeñan en tildar al cine como cultura. Ya se sabe, en España un imbécil lanza una proclama y hay diez mil tontos que la repiten. Y cien mil buenistas que callan. Calculen ustedes cuántos imbéciles practicantes, tontos y buenistas hay en España.
La industria del cine subvencionado español
Por la misma razón podríamos catalogar de cultura a los cantantes y futbolistas, aunque algunos bajados de los andamios no sepan ni hacer la "o" con un canuto.
Y es que no es lo mismo el entretenimiento, el arte y la cultura, aunque dudo que los incultos lleguen nunca a saber las diferencias.
En defensa del cine español
Al cine hay que apoyarlo y defenderlo por lo que es, entretenimiento o arte, que no es poco. Pero como aquí se confunde todo debo aclarar que una cosa es apoyar y otra cosa es hacer el imbécil subvencionando el cine porque acabará siendo, en lugar de arte, un bodrio.
Por cierto, ¿el cine es arte dramático o es cultura dramática? ¿es séptimo arte o séptima cultura?
Cultura dramática es lo que disfrutamos en la España subvencionada.
Los buenos directores de cine no están subvencionados
No todas las producciones de cine español ni todos los directores viven de las paguitas estatales, lo que sucede es que los adictos de las subvenciones enturbian la calidad de los buenos profesionales.
Alejandro Amenábar destacó desde el principio con películas como «Tesis» y «Abre los ojos». Su éxito se consolidó con «Los otros», protagonizada por Nicole Kidman, que fue una coproducción internacional.
Amenábar ha logrado atraer inversiones privadas y ha trabajado con estudios internacionales, lo que le ha permitido financiar sus proyectos sin depender exclusivamente de las subvenciones españolas.
Ha ganado varios premios Goya y un Óscar, lo que le ha facilitado el acceso a financiamiento y distribución internacional.
Juan Antonio Bayona se hizo famoso con «El orfanato», una película que combinó el horror con el drama familiar. Su éxito continuó con «Lo imposible» y «Jurassic World: El reino caído».
Bayona ha trabajado con grandes estudios de Hollywood y ha logrado atraer inversiones internacionales. Su capacidad para dirigir grandes producciones le ha permitido acceder a recursos que no dependen de subvenciones.
Sus películas han sido éxitos de taquilla y han recibido numerosos premios, lo que ha fortalecido su reputación en la industria.
Pedro Almodóvar es quizás el director español más conocido internacionalmente. Su carrera despegó en la década de 1980 con películas como «Mujeres al borde de un ataque de nervios» y «Todo sobre mi madre».
Almodóvar ha construido una sólida colaboración con actores recurrentes y ha creado su propia productora, El Deseo, junto a su hermano Agustín. Esto le ha permitido mantener un control creativo significativo sobre sus proyectos.
Almodóvar ha recibido múltiples premios internacionales, incluidos dos premios Óscar, lo que ha aumentado su atractivo para financiaciones privadas y coproductores internacionales.
Aunque las subvenciones pueden ser un apoyo importante para muchos cineastas, hay directores españoles que han hecho de las ayudas una forma de vivir. No obstante, algunos han logrado destacar sin depender de ellas. Su éxito se debe a una combinación de talento, estrategias inteligentes de colaboración y financiamiento, y una fuerte presencia en el ámbito internacional.
El cine, las películas y el arte dramático español producido con subvenciones
Las películas de cine y el arte dramático español están producidos casi en su totalidad con subvenciones del Estado debido a una estructura económica y cultural que ha favorecido este modelo de financiación. Sin embargo, esta dependencia acarrea unas consecuencias significativas en la calidad de las obras y producciones cinematográficas.
Las subvenciones suelen venir acompañadas de criterios específicos, ya sean políticos, culturales o sociales, que los creadores deben cumplir para obtener los fondos. Esto significa que, en muchos casos, los cineastas y artistas dramáticos se centran más en adaptar sus proyectos a estas exigencias que en experimentar o arriesgarse creativamente. Como resultado, se produce una falta de creatividad y una homogeneización del contenido, ya que las obras tienden a ajustarse a moldes predefinidos en lugar de buscar originalidad o excelencia artística.
Las subvenciones al cine español y las paguitas matan la creatividad y el talento
La dependencia de las subvenciones reduce la necesidad de buscar alternativas como la financiación privada o de generar ingresos a través de la taquilla. Esto lleva a una menor preocupación por crear obras que sean atractivas para una audiencia amplia o que tengan un alto valor artístico capaz de competir en el mercado. En otras palabras, los creadores y artistas no siempre tienen el incentivo de producir cine o teatro de alta calidad que realmente atraiga al público, ya que el apoyo financiero está asegurado por el gobierno zurdoso independientemente de los resultados comerciales.
La mala calidad de los artistas del cine español y el teatro
Aunque las subvenciones pueden ser positivas al permitir la producción de obras que tratan temas importantes como cuestiones sociales o culturales que no serían rentables sin apoyo, también generan una dependencia que limita la libertad creativa. Los artistas pueden sentirse obligados a seguir líneas temáticas o enfoques que aseguren la aprobación de los fondos, lo que puede restringir la innovación y resultar en un arte o cine que no alcanza su máximo potencial.
No todas las obras subvencionadas son de baja calidad, pero sí la mayoría. El sistema de subvenciones crea un entorno en el que la excelencia artística no sea la prioridad principal. Al no haber una presión directa por satisfacer al público o competir en un mercado abierto, la motivación para perfeccionar las obras desde un punto de vista técnico, narrativo o estético disminuye o desaparece.
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Nuestra propuesta del día:
El artista Valero un referente del arte dramático ― Este espacio está dedicado a este gran artista por su larga carrera profesional y por su preparación curricular en diversos países. A lo largo de treinta años nuestro actor valenciano nos ha deleitado con diversas y muy acertadas interpretaciones en diversos papeles en el cine y teatro. Sus representaciones son muy personales y sus interpretaciones siempre consiguen trasmitir un personaje serio y responsable muy acertado involucrando al espectador en todas sus películas de cine.
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En resumen, el hecho de que el cine y el arte dramático español dependan casi exclusivamente de subvenciones explica en parte por qué se percibe que producen obras de muy baja calidad. Este modelo fomenta una orientación política en el que los artistas priorizan cumplir con requisitos burocráticos sobre innovar, seducir al público o alcanzar estándares artísticos elevados.
Aunque las subvenciones tienen el beneficio de hacer posible muchos proyectos que de otro modo no verían la luz, su dominio en la industria limita la diversidad, el riesgo y la calidad global del arte y el cine español.
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