Investidura de Mariano Rajoy y el circo español
Juan Vte. Santacreu Al Día
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Juan Vte. Santacreu - 31/8/2016 - Mara Colás decía ayer en Twitter que los ciudadanos están hartos de estar hartos, y creo que sí, o por lo menos yo estoy hasta las narices, por no decir hasta los cojones que sería lo apropiado, de toda esta panda de de impresentables que por ley os representan. A mí, no.
Todos los partidos que están en el Congreso tienen casos de corrupción, todos, ¿y habéis oído en el debate de investidura algo sobre este tema? Eso sí es un pacto de Estado. ¡¡Hasta los hijo putas se ponen de acuerdo cuando les conviene!!
En definitiva tenemos todos los políticos que habéis votado y ninguno vale una mierda, y a los resultados de las elecciones me remito. Ninguno tiene la confianza plena de la mayoría, ninguno tiene sentido de Estado, ninguno tiene sentido de la responsabilidad, sentido de la honestidad y desde luego, ninguno tiene sentido común.
Hace dos meses sugerí que Pedro Sánchez y Alberto Rivera debían apoyar al PP pero sin Rajoy como única salida para desbloquear la situación actual.
¡¡ Investidme despacio que tengo prisa!!
Los motivos son bien claros: El PP ha sido el partido más votado y Rajoy es el máximo responsable de la corrupción encadenada del PP.
Pero como aquí en España no tenemos políticos, tenemos unos seres superiores que vuelan demasiado alto alejados del sentir popular y por tanto ni oyen, ni escuchan y les importa tres cominos lo que piensen sus electores, ellos van a lo suyo y así nos va, a nosotros y a España.
En un intento desesperado por salir del atolladero, Pablo Casado dijo el otro día: No le pedimos al PSOE que nos apoye, le pedimos su abstención. Creo que es lo más sensato que ha dicho un político en mucho tiempo. Por sentido común los socialistas deberían abstenerse, es más, nos deberíamos abstener todos pero en las próximas elecciones a ver qué careto se les queda a toda esta panda de golfos profesionales. Y... ¡¡Todos a sus putas casas!!
Buenos días, sed malotes y muchas gracias a todos por vuestras muestras de apoyo por el cierre de mi espacio de libertad en Periodista Digital. Cada vez que veo a mi admirado Alfonso Rojo en la TV me sonrio al comprobar que todos tienen un precio, hasta él.
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