Los pensionistas y jubilados salen ahora a la calle
Ahorros y economía España
Los jubilados y pensionistas pierden la dignidad y la vergüenza saliendo ahora a la calle y reclamando lo que durante cuarenta años han consentido que les robaran los políticos. Todos, los unos y los otros.
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Opiniones sobre economía
Juan Vte. Santacreu – 30/3/2018 - Hace unos 40 años, muerto y enterrado el dictador, los políticos españoles decidieron repartirse los poderes del Estado: la Justicia, los territorios, los cargos políticos y la pasta. A eso le llamaron democracia, y la masa borreguera lo aplaudió sin ser conscientes que democracia era otra cosa. Pero hoy solo voy a hablar de la pasta que es lo único que, parece ser, les preocupa a jubilados y pensionistas.
Hace unos 30 años todos estos jubilados y pensionistas que hoy en día se manifiestan estaban en activo, trabajando, cotizando a la Seguridad Social y creando riqueza para generaciones futuras, todos ellos veían cómo los políticos gastaban, malgastaban y despilfarraban a capazos el dinero de todos los españoles. Posteriormente en la década de los 90 el dinero activo se multiplicó por la llegada de millonarias subvenciones procedentes de la Unión Europea como si fuera maná bíblico procedente del cielo. Los políticos siguieron robando y repartiendo, ahora con más generosidad, la pasta entre sus colegas y amigos, y a pesar de ello, aún sobraba dinero por todas partes. Entonces los políticos se inventaron un sinfín de organizaciones para alimentar a sus cuñados, votantes y simpatizantes. Nacía así la ingeniería económica social para repartir toda la pasta de los españoles en observatorios, fundaciones, asociaciones, empresitas públicas, ONG, cursos de formación, dinero para inmigrantes, subvenciones culturales, miles de millones para imponer los dialectos tribales, etc. Y todos tan felices pensando que el dinero era gratis, los europeos unos gilipollas y nosotros los listos del club.
Mientras esta orgia económica se desarrollaba con desenfreno en toda España, los jubilados y pensionistas de hoy en día, entonces trabajadores activos, vivían sin importarles una mierda lo que ocurría políticamente a su alrededor, como mucho, solo cada cuatro años acudían a votar para legitimar a los chorizos de turno en 17 reinos. Y al día siguiente de las votaciones, cada uno a lo suyo, los políticos a seguir robando y la masa borreguera a seguir pagando y callando.
Alrededor del año 2010 nos encontramos con una crisis brutal por el despilfarro político, España pasó de ser receptora de subvenciones de la UE a contribuir económicamente, la natalidad siguió bajando, la deuda pública se disparó a unas cifras sin precedentes y como dije en 2010, en lugar de salir de la crisis nos acostumbramos a vivir en ella. Y aquí estamos, como en 2010 pero peor.
Que nadie se engañe, a fecha de hoy, abril de 2018, la deuda pública española supera el 100% del PIB y los jubilados y pensionistas salen a la calle a pedir unas pensiones dignas sin importarles una mierda –y van dos- todo el despilfarro crónico de los políticos y todas las millonadas que continúan gastando en gilipolleces. Solo una muestra, España se gasta anualmente 6.000 millones de euros en imponer unos putos dialectos tribales separatistas. ¿Por qué todo esto nadie se lo cuenta a los pensionistas y jubilados?
Sin ánimo de joder más de lo necesario, puedo afirmar que matemáticamente nunca podrá devolver la deuda pública -70.000 millones- que tiene Cataluña con el Estado. ¿Y…? Lo mismo puedo afirmar de la deuda pública española porque los intereses superaran año tras año la amortización del capital. Esto es de primero de economía.
Si los viejos tuvieran dignidad deberían quedarse en casa y guardar silencio, el mismo que han guardado durante cuarenta años porque los van comprar con un mísero 3%, quienes realmente deben preocuparse y salir a la calle son los futuros pensionistas y jubilados, los jóvenes de hoy en día, para que nadie les recrimine el día de mañana el silencio que ayer guardaron. ¡Más pensiones y menos Autonomías! Y un poquito de dignidad, por favor.
Así lo pienso y así lo digo.
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